Volver

Ninguna otra imagen de la fachada de la Casa Milà, y en especial de sus balcones, explica mejor el gran impacto estético que representaron. Una sátira de 1911 dibuja los balcones de hierro forjado como si fueran colas de bacalao seco y cuelga de la cornisa un cartel donde se puede leer: “Gran exposición y venta de tripas de bacalao”. Al pie de la caricatura se lee: “Una casa que se alquila, y no me parece mal, para vender bacalao cuando pase el Carnaval”.

La fachada del edificio es única, no solo por sus columnas, el muro cortina y las formas de sus piedras, sino también por sus numerosos balcones, cada uno distinto al anterior. 

En la fachada se pueden contar 32 balcones con unas rejas elaboradas de la unión y fusión de chatarra, planchas, barras y cadenas de hierro. Se trata de una combinación bastante insólita, pero realmente eficaz, que mantiene los dos principios de la arquitectura de Gaudí: funcionalidad y estética

Mirando detenidamente los balcones se pueden observar algunas formas que recuerdan a figuras animales, a caretas y evidentemente a formas extraídas de la naturaleza- del variado fondo marino-, que algunos han comparado con la escultura abstracta de principios del siglo XX.

Historia de los balcones de La Pedrera

Fue en 1910, ya en los últimos años de la construcción del edificio, cuando se instaló la primera reja en el piso 2º 2ª, que era el piso de muestra. Esta reja se elaboró en el taller de los hermanos Badia en la misma ciudad de Barcelona, donde Gaudí dirigió personalmente su ejecución.

El propio Gaudí diseñó la primera reja de hierro para los semisótanos, pero, como ocurrió con otros detalles de La Pedrera, por problemas presupuestarios las demás rejas fueron realizadas en serie con un diseño uniforme, adaptándose a cada ventana de los semisótanos. Actualmente, en el edificio solo se conservan dos rejas originales en la entrada del Paseo de Gracia y una copia facsímil en la calle de Provenza. A lo largo del tiempo se fueron instalando tiendas en la planta baja, y las rejas fueron desapareciendo.  Hoy solo se conservan tres originales en la Casa Museo Gaudí del Park Güell y una en el Museo de Arte Moderno de Nova York.

Compartir